Hay coincidimos con un buen puñado de españoles y entre ellos una familia de catalanes magisimos con los que hablamos muchísimo.
El guía cuenta la historia del coliseo y como se luchaba y muchos años antes de cristo, donde morían animales y personas por diversión, algo que me parece atroz.
Nos cuenta cómo fue el coliseo antes de que Roma se incendiara la noche del 18 al 19 de julio del año 64 antes de Cristo, cuando gobernaba Nerón y la guerra lo pasara factura.
Una vez dentro era increíble ver lo que quedaba de ese gran monumento de los muchos del gran imperio romano.
El lugar era punto de encuentro de todo el pueblo romano y se sentaban de arriba a bajo según las clases sociales para ver los enfrentamientos entre las fieras y los esclavos que eran uno de cada tres ciudadanos.
Después de ver el coliseo, dentro de él había una exposición de Terra Antica.
Una vez visto el gran coliseo, continuamos y nos vamos a ver las ruinas del palatino y los foros imperiales, la verdad que eso era súper grande y muy impresionante.
Una vez visto la plaza del foro romano y sus ruinas vamos a comer y a tomar un helado pues ya son casi las 14:30 y los compatriotas españoles y catalanes que conocimos nos llevan a un lugar donde las pizzas están muy ricas y la verdad es que tenían razón, hay comimos y un poco mas alante, tomamos un rico helado de coco, fresa y chocolate que estaba delicioso.
El día continua y vamos a ver la boca de la verdad, una vez allí a esperar la cola para ver si la boca muerde mi mano y soy una mentirosa, al menos eso cuenta la leyenda.
Una vez que vimos eso nos marchamos a ver el famoso barrio del traste veré y pasando ese famoso rincón nos fuimos a ver la Fontanone del Gianicolo y la verdad nos costó llegar pero valió la pena por que era una preciosura, allí nos mojamos los pies y nos tomamos unas cuantas fotos para inmortalizar tan bella fuente, y más después de la decepcionante visita a la Fontana De Trevi por estar en obras. La fuente espectacular pero no menos espectacular que el mirador que estaba enfrente y desde donde se veía toda la ciudad de Roma.
Una vez que descansamos y nos relajamos ese bello lugar, además de regalarle tan bellas vistas a nuestros ojos había que regresar y como mi hermana Lucia no quería caminar, cogimos un autobús que nos acercara al centro y aunque ninguno iba para el centro el señor conductor se porto genial y nos acercó un buen cacho y sin cobrarnos nada. Ya de nuevo cerca del centro nos marchamos a ver el monumento nacional vittorio,
muy cerca estaba el panteón pero el cansancio empezaba hacernos mella, ya eran las
20:00 de la tarde ósea que nos hicimos unas cuantas fotos cerca del imperio o mejor dicho lo que quedaba del imperio de Julio Cesar y algunas más junto a su estatua para después coger el autobús y regresar cerca del hotel, hay cenaríamos y darnos un baño relajante en el jacuzzi, que el cuerpo lo agradecerá y más aún los pies.
Así finaliza el tercer día en Roma y por mi mente ya empieza a pasar que el día siguiente será el último y la verdad me da pena pues lo estoy disfrutando mucho y no quisiera que estos días terminaran.