Desperté y vi los colores del cielo, los tonos grises, azules, naranjas y amarillos. Un sol tímido pinta, adorna y llena de luz la ciudad que ya se despertó y camino, oigo a Bach en la sirena de entrada, del colegio cercano a mi casa.
Mucho mejor que aquel horrendo sonido de bocina, que oía yo en mi tiempo estudiantil.