Cuando llegue no podía creer la belleza de paraje que mis ojos veían, un inmenso valle rodeado de montañas y lleno de fauna.
Los arboles eran gigantes con copas verdes y perfumes silvestres, los rayos del sol entraban tímidos entre la maraña de ramas que se entrelazaban en un gran abrazo.
A lo lejos entre el bullicio de los pájaros se podía oír tímidamente el descenso de una cascada que salí de unas rocas para oxijenar el lago cristalino, que escondían los gigantes arboles. Al caer la tarde entre el sol y el agua se veía un arco de colores en varias direcciones.
Los arboles eran gigantes con copas verdes y perfumes silvestres, los rayos del sol entraban tímidos entre la maraña de ramas que se entrelazaban en un gran abrazo.
A lo lejos entre el bullicio de los pájaros se podía oír tímidamente el descenso de una cascada que salí de unas rocas para oxijenar el lago cristalino, que escondían los gigantes arboles. Al caer la tarde entre el sol y el agua se veía un arco de colores en varias direcciones.