Tu si que vales un puñado de dólares, un océano de pesos, un universo de euros y todo el infinito de quilates, en oro y todavía hay gente que duda, que tu seas un preciado tesoro.
Eso es por que nunca miraron las esmeraldas de tus ojos, las perlas de tu boca y la cueva de oro, que es tu grandioso corazón.