Me levante triste, contenta, queriéndote y odiandote, con el corazón confuso y enloquecido.
Me despertó la angustia que desde hace días tengo en la tripa, por tu culpa. Necesito salir corriendo, dejar atrás este tormento, no sentir que te quiero y olvidarme del amor que germinó en el corazón, aquel día que mis ojos te miraron, que mi alma no paro de seguirte sin descanso, de volar y viajar, para con la tuya estar.