En tu melódica y suave voz, hay risas, colores y un sentimiento infinito que alcanza a miles de corazones, como si fuera las flechas de cupido. Rindes a tus pies a una multitud enloquecida, por estar entre tus brazos, por que las susurres al oído, esas canciones con las que se emocionaron, cuando te escucharon.
Domador y enloquecedor de mujeres, a tus pies las tienes, babeando por una mirada, por tu sonrisas y por el mas dulce y cálido de tus besos.