En este tiempo pasado estoy viviendo a trompicones, me han amarrado las alas y eso me tiene, agarra por los pies.
Algo tan simple como caminar, se me a vuelto una tortura dolorosa, que me tiene amarrada y muy apática.
Tengo ganas de soltar mi alas y extenderlas nuevamente para liberarme de este estado de encierro.
Aveces el miedo me agarra, el dolor me paraliza y veo con temor que el camino se me esté haciendo tan largo y agónico. La lucha no cesa en mi y todos los que me apoyan cada día en esta batalla tan dura que se me está haciendo muy cuesta arriba. Hoy parece que mis ojos están abiertos, hoy siento que mis alas se quieren soltar y abrirse de par en par para volver a volar.
Ojalá no sea un espejismo y el sol me dé de nuevo en la cara, mis pies vuelvan a caminar y las piernas resistan el maravilloso momento de volver a verte, de oírte y de sentir la brisa de tus azules olas bailando mientras no te paro de mirar.
A la vez que mi sonrisa brotaba de mi alma y era libre para volar.