Llora por los dulces besos que probaron sus labios, sufre y extraña el calor de sus manos cuando juntos caminaron.
Atrás quedaron todos los juegos, la complicidad de sus miradas y los arruyos de pasión que envolvió aquel amor.
Atrás quedaron todos los juegos, la complicidad de sus miradas y los arruyos de pasión que envolvió aquel amor.



martes, diciembre 27, 2011
Iratxe Blanco
