En las noches me tumbo,
la abrazo, duermo y sueño.
Ella sabe cuantas veces llore
sin que nadie me viera, excepto ella
que me oía desesperada, llena de impotencia,
ante las muchas adversidades , que tuve que
soportar.
Ella seco mis lagrimas, me arropa en las noches
frías y relajo mi cuerpo, dándole descanso y confort
hasta que nacía el nuevo día.