Siempre quiero abrazarte, pero hoy cruzaría el mar corriendo para llenarte de besos.
Desperté feliz y preocupada pues vi tu mirada triste y apagada.
Búscame aún que sea en los sueños para ayudarte, como quisiera esta noche arropar, cuidarte y borrar todo dolor de tu corazón.
Te quiero y quisiera gritarlo al mundo entero pero me muero de vergüenza, al confesar que contigo estoy aprendiendo amar.
Tu haces que mi desparpajo se esconda, que mi vergüenza florezca y las dos mejillas se enrojezcan.