Desde el primer instante que lo vi el corazón salto de emoción, fue un encuentro fascinante eh inimaginable.
Su boca era poesía, sus ojos dos esmeraldas que no pude dejar de mirarlas.
El tenía todo lo que sueñas cuando eres chiquita, una belleza de príncipes y hadas, de cuentos de ensueño, donde todo es perfecto.
Me caía bien al alma mirarlo, venerarlo y amarlo. El estaba en todo, en el azul del cielo, en la inmensidad del mar, en el sol de cada mañana y en la música que me despertaba.
Un día desperté feliz por que mientras dormía el a mi venía, corrimos de la mano por la orilla del mar, comimos y brindamos borrachos de amor, al besarnos y tocarnos.
Al despertar sentía felicidad pero sabía que eso era muy difícil que se me pudiera dar, igual estaba enamorada y muy emocionada, con ese amor que sentía mi corazón.
Encontré un tesoro de todos el más valioso, halle un ser fácil de querer y no me cansaba de mirarlo cada mañana.
Cogí lápiz y papel, le escribía todo lo que mi alma me decía y al leerlo descubría, estoy enamorada, ilusionada y tan fascinada, que me salieron alas.
De noche volaba y mi alma hasta el me llevaba, lo miraba y en las mejillas suave lo besaba, con cuidado de no despertarlo. Era hermoso mirarlo mientras estaba dormido y relajado, quería acompañarlo y cuidarlo de tanto que lo amo....continuara.
EL SALTO DEL CORAZÓN SEGUNDA PARTE:
Inventaba mil formas de llegar a el, cerraba los ojos eh imaginaba como sería una vida, junto a alguien tan adorable.
Sólo se que cada día lo atendería, lo cuidaría y lo mimaría, de la forma más especial que se pueda imaginar.
Lo colmaría de besos, abrazos y montones de detalles, con el objetivo de hacerlo inmensamente feliz.
Y es que sin darme cuenta lo amo con ilusión, con fascinación y con una inmensa admiración. El tiene esa parte que todos deseamos y soñamos encontrar, el llega a besar la parte más dulce de mi alma, sabe calmar mi llanto, mis cabreos y elimina de mi corazón, los malos momentos.
Jamás imagine amar tanto, sentir algo tan grande y especial. pero desde que lo vi, invadió mi piel, recorrió mi ser de arriba hasta abajo, nado con su mirada por los mil canales de mis venas hasta sellar cada centímetro de mi, con los mil besos que sentí.