Un país pendiente del televisor, animando a la selección y con la emoción contenida. Miles de pantallas, repartidas por toda España, para animar a la roja, del toque y de esos 22 grandísimos jugadores.
Cada uno de ellos, fueron tocados por los dioses con el don de llenar de felicidad a cada ciudadano que los vio jugar. Hoy es un gran día, España llego a su tercera final consecutiva y si la gana, el país será feliz olvidando todos los problemas al menos por unas 48 horas nadie recordara ni tristezas ni penas.