Hoy fui de turismo a Colmenar de Oreja, junto a mis amigos jose Luis y Ana. Caminamos por sus calles, vimos el mirador del Cristo, observamos sus iglesias, plaza parques y calles. También nos adentramos en la cueva Peral donde vimos y aprendimos del gran arte que es el vino, las barricas barrigudas son impresionantes y la cueva está súper bien conservada.
La verdad una experiencia curiosa y atractiva, comimos pisto vaquero y patatas chulas platos típicos de ese bello rincón de un pueblo de Madrid.
Pero como no podía faltar en nuestra aventuras, tuvimos un percance al intentar salir del pueblo se nos atravesó en el camino, con una loca autóctona, propietaria de ese maravilloso pueblo, ja ja ja que ciudadana. La verdad que vaya pieza de mujer y que gran ejemplo le dio a sus hijas con su falta de respeto y pobre vocabulario.