Anoche el viento soplaba, golpeaba mi ventana y de repente un temblor recorrió mi cuerpo, un profundo malestar, que me hizo sentirme mal.
El cansancio me aplastaba el estómago, el dolor me angustio y otra vez temí sentir al miedo en mi aripmico corazón, que latía y su sonido me estremecía.
Aún me dura el malestar, aún siento aplastado mi estómago y de vez en cuando la angustia y el miedo me acelera el corazón.