Mis ojos estaban enamorados con algo tan bonito como ese manto de perlas brillando con el sol y susurrando a los fresnos, chopos y sauces, todo el amor del velo de una reina.
Bonita y caprichosa como una diosa, mirarte es fascinante y tu caída es una cortina de gotas, que brillan como pequeños diamantes que adornan este impresionante, paraje natural.