En la mañana cuando cojo mi taza
y mis manos sienten calor, me acuerdo de como tus manos, me tocaron el corazón.
En la mañana mientras mía labios prueban el dulce chocolate, mis ojos miran al horizonte y más allá de lo que puedo ver, te estoy buscando sin querer.
A mitad de mañana el sol se cuela tímidamente por mi ventana y uno de sus rayos, con suavidad besa mi cara, dejando alegría en mi alma; Y no es para menos, el frío invierno es largo y un poco de calor de los rayos del Sol, se agradecen de corazón.
Las horas pasan y la Luz se va para ver la luna brillar y a las estrellas, la noche iluminar.