Anoche mientras dormía plácidamente, un mosquito cojonero, desvelo mi sueño con su molesto zumbido.
Una hora detrás de otra y el venga a revolotear por toda la habitación, así hasta que salió el sol y el muy cabron se fue o se durmió.
Esta noche si vuelve, se va enterar de la trampa que le espera, fumigue el dormitorio con un horrendo perfume que lo espante o lo mate, a ese mosquito chupa sangre.