Es una preciosa y soleada tarde de verano, el retiro de Madrid esta repleto de gente caminando y tumbada a la sombra de sus arboladas.
Mirando al cielo de Madrid me pongo a escribir al la belleza de los árboles, al canto de los pájaros y a las parejas retozando.
Esperando estoy para caminar por las casetas de preciosas, alucinantes, increíbles y románticas letras. Sintiendo al viento, oigo a los pájaros y respirando el frescor de la hierva, donde esperó para introducirme en los libros.
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