Anoche soñé con tu mirada, tuve la fortuna de rozar tu cara con cálidas palabras, anoche me colé en tu cama y fui parte de tus sábanas.
Anoche recorrí tu piel, te bese hasta el amanecer y me fui avergonzada, cuando se despertó tu mirada. Huy de hay, corrí con el Rocío de la mañana hasta llegar a mi casa y ocultar mi felicidad, pues de noche lo puedo visitar y besar.
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