Hace tiempo recuerdo que escribí que lo esperaría siempre hasta que se hiciera viejo y nadie lo deseara y es cierto, estos días algo me lo recordó, lo esperare y no me rendiré.
Lo quiero demasiado, lo espero como el sol de cada día para darle los buenos días.
El nunca me deja de sorprender, es una sorpresa cada día y me fascina esa sonrisa que me cautivó un día, cuando aún no lo conocía.
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