Uno de los pilares que sujetan mi alma, se me volvió frágil, lloro dolor y durmió por días pero se recuperó.
El miedo me invadió, su dolor fue mi dolor y sólo pedía, que volviera a brillar el sol.
Aún le queda un poco para que vuelva su fortaleza, para oír sus chaparrones de regaños y sus consejos sabios pero lo más importante es verla de nuevo volar.
Mi Juana adorada, me dolió tu fragilidad, me asusto tu dolor pero por suerte todo mejoro y el dolor remitió.
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