Si la vieran la brillaban los ojos, tenía una sonrisa especial al pensarle y nombrarle.
Se enamoró de la sensibilidad de unas palabras de buenos días, adjuntas a una poesía.
Su cara desprendía felicidad, sus palabras estaban llenas de emoción y sentía en el corazón un nuevo amor llena de ilusión.
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