En la sombra de un roble te escribo, mirando las verdes cumbres, soñando subir de tu mano, a su estremecedora cima.
Desde arriba te quiero mirar, besar y no soltarte jamás, por que a las cumbres pongo por testigo, todo lo que te voy amar.
Ver de tu mano todos los valles, los pueblos adyacentes, las grandes laderas y a los caballos retozar de amor, ahora que el calor dejo atrás los fríos y las nieves.
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