Por qué no tomas mi mano y te bienes a volar, a reír cada mañana, a caminar por las aguas del mar, mientras las olas nos ven bailar.
Por qué no te ánimas y despliegas las alas para soñar, una formula de amar, sin que nada lo pueda lastimar, anímate y ven yo siempre te esperare.
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