Te vi y te abrace tan fuerte, que no quería soltarte, ni que nadie interrumpiera tan magnífico instante.
Te vi y mis ojos se mojaron de emoción, mi corazón saltaba sin parar, estaba tan feliz, y es que nada me gusta más que tu.
Te vi y el sol brillo más que nunca, al ver nuestras sonrisas, tan cómplices, como nuestras miradas, que tanto se buscan.
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