Hoy se me encogió el corazón, una lágrima resbalo y mi boca no sonrió. Se fue el amigo de montones de niños, el payaso más simpático de la tele, y el que nos acompaño en el coche de papa.
El circo nunca volverá a ser lo mismo, Susanita y su ratón lloran hoy en su habitación. Extrañando a Miliki y su gran tropa de risas y tortas.
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