Ya amaneció, un rayo del sol entro tímidamente en la habitación, mis ojos se abrieron y tu rostro vieron.
Al verte la sonrisa brotó, el corazón mas rápido latió y un suspiro se escapo.
Mi niño que guapo eres, como me gustas y cuanto te quiero, vuelve a surcar los cielos y tráeme tus besos.
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