Ojala que nadie me vuelva a robar tus besos,
ni tus ojos o esas hermosas manos que me
abrigan tanto.
Ojala esta vez pueda ser yo esa compañera, que de noche
te espera hasta que llegas, y cuando veo que tardas me preocupo
y la desesperación agarra mi corazón, hasta que por la puerta entras
y me abrazas, ahí todo se convierte en calma.
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