Da igual que nunca me quieras, que no voltees y me veas
 en el corazón me llevas, por tus venas corre mi sangre y todo
 lo que mis padres me enseñaron, a ti yo te lo eh  entregado.
Que fácil, te fue olvidar cuanto tuve que luchar para verte llegar
 cuantas noches de sueño perdí por cuidar de ti, y la cantidad de veces
 que se me encogió el corazón al sentir tu dolor, si tardabas y a casa no 
llegabas, un manojo de nervios envolvía mi alma, hasta que el umbral de
  la puerta de casa tu cruzabas.
Y hoy el orgullo borro tantos años de amor, tantos momentos y recuerdos
 con los que juntos fuimos felices.



domingo, agosto 21, 2011
Iratxe Blanco

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